lunes, 23 de junio de 2008

CARTA DE UNA MUJER PERFUMADA


Para escribir cartas de amor
no es necesaria la cautela, ni el orden
ni encontrar la perfecta esquela
tan sólo encender la lámpara
como se enciende el cuerpo del amor.
Untarse toda, perfumarse toda de mieles y sortilegios
elegir la caligrafía más desvelada, la más humilde.
Entonces, se extiende
se acaricia el empeine de sus plumajes
y comienzan a recogerse las palabras
como el deseo del amor.

II

Para escribir cartas de amor
es necesario estar reposada
elegir las palabras como si fueran banquetes clandestinos
vestirse toda de rojo, color deseo, color relámpago
y decir: en esta tarde arrodillada de luz yo te amo,
te entrego un manojo de suaves palabras
como la llave de mi alma.

III

Me ilumino toda al nombrarte
nada se pierde con llamarte en el bosque fallido
con escribirte como sonámbula como maga toda vestida de verde
escribir más que una carta de amor
basta con extender mi mano hacia la tuya,
es esa la vigencia del perfume.


MARJORIE AGOSIN

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